Respecto a la desobediencia, debemos tener en cuenta que los niños no nacen desobedientes; la obediencia y la desobediencia son conductas que se aprenden, aunque tal aprendizaje resulta más complicado en unos niños que en otros.

Al igual que sucede con las rabietas, la desobediencia también es un modo de atraer la atención de los adultos; en ocasiones, los padres prestan más atención a sus hijos cuando desobedecen que cuando obedecen, logrando así el efecto contrario al esperado: sus hijos desobedecen con más frecuencia para obtener más atención por su parte.

 

En mi clínica de psicología en Valencia, proporciono el apoyo necesario para que madres y padres puedan disminuir las rabietas y pataletas hasta que desaparezcan por completo y prevenir complicaciones posteriores, así como favorecer la obediencia de sus hijos; para ello, la intervención se basa en un análisis detallado de las situaciones a cambiar para, con el conocimiento que ello implica, pautar las técnicas y normas a seguir.